La ciudad de los hipócritas.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Salió un día sin darse cuenta que su hermoso vestido rosa se había manchado con barro. Todos por la calle le decían lo hermosa que se veía, pero nadie jamás le dijo de la horrible mancha que traía. La niña, ya confiada de que poseía los atributos suficientes para entrar a palacio, trató de pasar sin dar ninguna explicación, pero el guardia en la entrada la detuvo.
-alto señorita, acá no dejamos entrar pordioseros
-¿¡pero cómo!?- dijo sorprendida- yo no soy ninguna pordiosera

El guardia levanto con una varilla la parte trasera de su hermoso vestido rosa, para mostrarle la gran mancha de barro que traía. La niña se retiró indignada del lugar y volvió sollozando a casa.

Mientras iba de regreso, la misma gente que había alagado la belleza de su vestido, ahora con compasión le preguntaban por el motivo su triste llanto. “Púdranse malditos hipócritas” pensó por dentro y les contestó:
-me caí en el barro antes de entrar, ¡miren esta horrible mancha!- y así la niña, se convirtió en una ciudadana más de la honorable ciudad de los Hipócritas.

Síndrome "The Frog Prince"

lunes, 9 de noviembre de 2009



Para algunas les parecerá extraño que hable de esto, pues bien, es un síndrome que afecta a la mayoría de las chicas de mi edad que particularmente crecieron viendo las tan clásicas pelicuas de Disney. Princesas que encuentran a su príncipe azul, después de una ardua búsqueda o lucha, logran consumar su hermoso y sincero amor con un beso (al menos hasta allí mostraban los Films).

Pues bien, este síndrome “Príncipe rana”, como lo he llamado, no tengo ni la menor idea si existirá algo así en la literatura psicológica o filosófica, pero según lo que yo misma he podido experimentar, es un síndrome que se da luego de un tiempo de haber idealizado al amor o a la persona amada en cuestión, me explico:


Muchas personas viven idealizando el hecho de ser amados y llegar a amar a alguien, encontrar la formula exacta de coincidir en una linda relación con aquella persona. Pues, al idealizar este hecho tan corriente, se espera mucho más de lo que puede llegar a dar, y si bien uno puede llegar a ser feliz al lado de una persona, al lograr la tan anhelada relación esta no colma las expectativas de lo esperado y es así que una tras otra relación fatídica la chica se va envolviendo en la necesidad de revertir ese efecto y es entonces cuando se desata el síndrome.

Al no encontrar los resultados esperados a lo largo de la vida sentimental, se comienza a percibir la vieja idea de poder arreglar las cosas, “¿cómo?” Se preguntarán ustedes, esto se da buscando a un prospecto al cual poder arreglar y llegar a convertir en nuestro tan anhelado “Príncipe azul”, el problema, es que el prospecto al cual buscamos arreglar, no se parece ni una pizca si quiera a lo que deseamos poder encontrar.

Se busca primero en el gran charco de las relaciones humanas una ranita que este sola y casi tan jodida como nosotras y pensamos que con un solo beso (lo que traducido a la vida real, es un intento de amistad combinado con un constante coqueteo o una gran ola de seducción en encuentros casuales, obviamente provocados) podremos llegar a convertir a esa ranita hechizada en un galante príncipe.

El problema de todo esto, es que comienza una búsqueda frenética con ranas, que, simplemente no están hechizadas pues simplemente son ranas y nada más. Así las chicas dicen no tener suerte en el amor o le comentan a sus amigas que no tienen “buen ojo” para encontrar a su chico ideal.


Ahora, para poder salir de este síndrome, es necesaria una buena sanación interna, dejar un poco de lado las sustancias alucinógenas o entran en un exquisito estado de locura, como lo he decidido yo, así que les recomiendo que dejen de buscar y diviértanse, aprovechen la vida y no la desperdicien en algo tan estúpido porque solo encontraran ranas, y nada más. =D