La Ciudad Gris

jueves, 15 de octubre de 2009


Aquella noche la luna se cubrió con un fino velo de nubes, el cual le daba un esplendor diferente a todas las otras noches de invierno. Procuró salir sin que nadie la viese, con sombrero oscuro y abrigo gris, sigilosamente caminaba por la ciudad para que sus pasos no resonaran entre las ajetreadas calles, sigilosamente para escapar de los secretos guardados entre las paredes de la ciudad gris.
Llegó a destino, bajo el puente, a las afueras de la ciudad para encontrarse con el sujeto en cuestión. Intercambiaron la información por el dinero que ella llevaba en su bolso. La transacción se produjo sin mencionar una palabra, en el silencio más absoluto que las afueras de la ciudad podían proporcionarles. Ella se alejaba mientras él la veía alejarse de vuelta a la ciudad.
Días después entre el ruido de la ciudad gris, la dama descubrió que necesitaba más información, así que esperó que llegara la noche y entre la niebla nocturna se dispuso a volver a ver a su informante. Al llegar al puente se encontró con el cuerpo apuñalado del informante, tratando de ayudarlo esbozó unas palabras:
-¿qué sucedió..?-Preguntó alterada la dama, pero e informante entre sus últimas fuerzas le hizo callar.
-guarda silencio, estamos fuera de la ciudad…- suspiró profundamente y falleció.

La dama quedó ensangrentada, arrodillada junto al cuerpo de su desconocido informante. Pasaron unos minutos mientras miraba atónita el brillo de la ciudad gris, se puso de pié, miró una última vez a la ciudad y se alejó de ella gritando al viento su libertad.