La ciudad de los hipócritas.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Salió un día sin darse cuenta que su hermoso vestido rosa se había manchado con barro. Todos por la calle le decían lo hermosa que se veía, pero nadie jamás le dijo de la horrible mancha que traía. La niña, ya confiada de que poseía los atributos suficientes para entrar a palacio, trató de pasar sin dar ninguna explicación, pero el guardia en la entrada la detuvo.
-alto señorita, acá no dejamos entrar pordioseros
-¿¡pero cómo!?- dijo sorprendida- yo no soy ninguna pordiosera

El guardia levanto con una varilla la parte trasera de su hermoso vestido rosa, para mostrarle la gran mancha de barro que traía. La niña se retiró indignada del lugar y volvió sollozando a casa.

Mientras iba de regreso, la misma gente que había alagado la belleza de su vestido, ahora con compasión le preguntaban por el motivo su triste llanto. “Púdranse malditos hipócritas” pensó por dentro y les contestó:
-me caí en el barro antes de entrar, ¡miren esta horrible mancha!- y así la niña, se convirtió en una ciudadana más de la honorable ciudad de los Hipócritas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que verdad más grande, así es la sociedad, es lo que hay, incluso la gente que dice la verdad a muchos les cae mal, bueh... en fin

besos

hablamos

Daniel

Mariela dijo...

gracias por pasart!! un besito!

Mariela